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«De cómo el capitalismo vacía nuestros bolsillos y se carga el paisaje urbano» o Entrada sepia

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Es cierta…y a la vez inevitable la afirmación budista «todo cambia, nada permanece» ,o lo que es lo mismo «no te bañarás dos veces en el mismo río». Hoy me han mandado un e-mail con fotos de mi ciudad, Vigo y cómo ha cambiado en las últimas décadas.

Negarse al cambio es imposible,pero gracias a esa máxima los políticos de turno y multinacionales de todo tipo (prevalecen entidades bancarias) han aprovechado para ir cambiando los modelos de consumo, ocupar solares céntricos y cambiar el paisaje de nuestras ciudades,cada vez más grises e inhabitables!

Bien es cierto que muchos de esos solares estaban ocupados,hace unos cuantos añitos, por fábricas, grandes comercios, negocios en manos de gente que se llenaba el bolsillo a costa del sudor de «otros».Pero, también estaban conformados por barrios trabajadores (como «El Berbés»,en Vigo), de identidad caracterizadísima e irrecuperable valor étnico y cultural. De alguna manera con cada cesión que se concede al político de turno sobre estos espacios, borramos un poquito de nuestra historia…perdemos algo de lo que cada uno de nosotros somos, casi como si el inútil dedo meñique de nuestros pies desapareciese porque ya no lo utilizamos. YO QUIERO MI DEDO MEÑIQUE! ES MUY CHULO!

Ahora que vivo en Valencia y veo lo que está pasando en barrios tan característicos y conocidos como «El Cabanyal» , me doy cuenta de la estrategia profundamente liberalista que hay detrás de un nuevo «urbanismo» en el que sólo se contempla al turista «American´s Cup» y «Fórmula 1»,olvidando al también existente turista «La Barraca», o a los que queremos hacer turismo de verdad y no tener como recuerdo toda la vida un bolso con la palabra Valencia repetida en diferentes tipografías (seguro que me pongo a diseñar uno en casa y en 5 minutitos diseño algo con mejor gusto). Pero, horror! el mismo bolso lo hay con la palabra «London» «Amsterdam» (etc.),claro síntoma de la tendencia general del turismo y si me apurais mucho, del modelo económico europeo.

Eso por no hablar del ciudadano que vive todo el año en Valencia…pobrets! Tienen que ir a trabajar en Fallas (con media ciudad cortada), seguir paseando y saliendo el fin de semana aunque nos visite Fernando A. y , bueno, se olvidará de cómo se respira si no le traen la American´s Cup o el Open de Tenis!

Y yo me pregunto: ¿Cómo afectará a la personalidad de los más peques crecer, jugar y tener sus primeras experiencias significativas (emocionalmente) siempre en lugares vinculados al consumo? ¿Les condicionaremos/condenaremos , al más puro estilo «La naranja mecánica» , a sólamente ser felices si se comen una hamburguesa o se compran unos calzoncillos, eso sí, en grupo (para algo somos «seres sociales»)?

Donde antes había parques y calles ahora sólo centros comerciales, donde pasear calentito en invierno y fresquito en verano.

Mientras todo esto ocurre mucha gente se lleva las manos a la espalda, mira al cielo, suspira y nos dice:

-Pero, si el casco viejo es horrible…no ves que está muy estropeado, mucho mejor tirarlo y construir edificios nuevos…

Creo que tampoco echarían de menos su dedo meñique. Yo sí.